- ¿Quién hizo mi equipaje?
- Yo. Te vas a Marruecos si es lo que quieres, si no quieres no te
irás pero ya no des la disculpa de que es por mí o por Mel. Ya no cargaré más
con eso. Tú me usas como disculpa para tus imposibilidades y yo te uso como
disculpa para mis imposibilidades. En este juego no hay vencedor, sólo hay
vencidos.
- Aunque yo lo quisiera, ¿crees que sería tan irresponsable de ir a
Marruecos a resolver mi vida y dejar a Mel así como está?
- Sólo puedes cuidar de tu vida, Lucas. La tuya y la de nadie. Nadie
da lo que no tiene. Pase mi vida queriendo darle alegría a mi hija, felicidad a
mi hija y a ti pero no tenía eso. ¿Cómo poder dar algo que no tengo?
- Yo también siempre me sentí así, pero nunca conversamos sobre eso.
- Te quiero. ¿Te amo? Ya no lo sé. Yo sé tan poco sobre mí. Pero lo
que dije sobre Mel sirve para mí también. Nadie nace sin dolor y yo quiero
nacer, necesito nacer, Lucas. Porque al hombre que pensé que amaba, al que ame
mi vida entera nunca me amo. Pero no es su culpa, nadie tiene la culpa de amar
o no amar. Ahora tú… la mujer que has amado todos estos años, te ama. Y estoy
segura que en algún lugar de este mundo ella espera por ti. Vete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario